Notas Breves

Soy una melcocha, un terrón de azucar gigante; pero la vida me ha enseñado que no se puede ser tan dulce con personas que padezcan diabetes emocional o que tengan sentimientos light. Prefiero a aquellas personas que se empalagan, se empegotan las manos y la boca, hasta el hastio, con una sonrisa llena de dulce e hinchado el corazón de satisfacción. Prefiero esas personas que luego de estar hartas, se lamen los demos, se pasan la lengua por los labios y saborean los residuos azucarados de las manos, cayendo victimas de la gula. Definitivamente amaría a aquella persona que no muera de un coma diabético o de cargo de conciencia, por un par de kilos más, al aguantarme. El dulce es así.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Silencio y Soledad

Carta Nº 2. De "Amor Colegial"

Te quiero